miércoles, 13 de junio de 2012

Colaboración en Yo Follé Contigo


Ayer, Cristina A (@chiclett4u) me dio la oportunidad de colaborar con ella para escribir en su Tumblr sobre las preguntas durante y después del coito. Os lo dejo aquí:
Yo follé contigo feat Esmegmas
Hola, no sé por qué extraña razón, muchos tíos tienen la costumbre de para quedar bien o vete tú a saber, cada vez que cambian de postura, alteran la velocidad de las sacudidas, o hacen algo diferente, paran y te preguntan: “¿Te está gustando?” “¿Quieres que cambiemos de postura?” POR FAVOR, si no nos gustara, no estaríamos ahí o lo diríamos!!! sí titis sí, nuestra boca sirve para hablar no solo para chupárosla.
Lo que nos corta el rollo y odiamos son vuestras ridículas preguntas que aún se tornan en algo peor en el momento del fin del polvo, cuando estando los dos tumbados, os apoyáis sobre el codo más cercano a nosotras y mirándonos fijamente a los ojos nos decís: “¿Te ha gustado?” Mientras tanto, nosotras sólo queremos huir de ahí lo más rápido posible y no volver más.


¡¡Vale ya de preguntas durante y post-polvo!! El polvo nunca nos gustará si nos cortáis el rollo con preguntitas. Si nos ha gustado, miradnos si nos tiemblan las piernitas!!!
Moraleja: Tíos, si después de follar tenéis que preguntar que qué tal, la respuesta correcta es MAL, os digan lo que os digan. ^^


 By Lame Codos @esmegmas




No os olvidéis de pasar a ver su tumblr, lo recomiendo encarecidamente:

http://yofollecontigo.tumblr.com/

martes, 5 de junio de 2012

El fetichismo de las gafas

Hoy quiero hablaros sobre lo que para mí es un extraño fetichismo: las gafas.
Desde que tengo 16 años, que de eso ya hace un tiempo, llevo gafas. En realidad, desde que tenía como 3 años me pusieron gafas para ver la tele en casa y para leer. Por supuesto, en aquella época en la que veía bastante bien, no se me ocurría, por nada del mundo, sacar mis gafas a la calle y mucho menos llevarlas al colegio. Recuerdo que la niña marginada de la clase por entonces era E. que curiosamente llevaba gafas y un cordón de esos que les ponían a los niños para que no perdieran las gafas ni se les cayeran al suelo. 

Así fue avanzando mi paso por preescolar, primaria, secundaria... efectivamente, sin ponerme las gafas nunca. La presión que los niños teníamos en esas épocas era increíble. Pero ya llegados a 4º de ESO y con 16 añazos, descubrí un día muy amargamente, que desde mi habitual puesto en última fila, no veía la pizarra. Fui a casa desesperada y le dije a mi madre: "Mamá, tenemos que ir al oculista. Me estoy quedando ciega." Y así procedimos. Por supuesto, yo no me quedaba ciega ni mucho menos, pero esas lentes me convirtieron en una persona feliz: veía la pizarra, veía mejor al conducir con mi ciclomotor, VEÍA LA VIDA. Con 16 años, tenías ya una seguridad que radicaba en ti mismo, en tus amigos, en tu pareja..., esto hizo que ya no me haya quitado más jajaja y la cosa es que me encanta llevarlas.
Desde aquellos maravillosos 16 años, quien los pillara, nunca había visto como bueno ni malo el llevar gafas a la hora de relacionarme con hombres... hasta que llegó ÉL y él y él... Empezó uno, y de repente a varios se les fue la cabeza con mis gafas. Yo, claro, flipaba.
Lo más curioso es el caso de uno. En los primeros encuentros no me dijo nada, pero al tercer o cuarto me dijo algo como: "Te sonará raro, pero me gustaría que me follases con las gafas puestas". 

Hasta entonces nunca me había planteado estar en una cama con las gafas, pero ¿por qué no hacerlo? Al fin y al cabo, ¡si él quería...! La cosa es que al día siguiente me escribió un sms diciendo que había cumplido uno de sus deseos: Follar con una tía con gafas. (Qué fácil es a veces cumplir un deseo ajeno...) Como imaginaréis, en las siguientes ocasiones ha ido aumentando su fetichismo para con mis gafas y ¿cuál fue su siguiente deseo? Correrse en mi cara, pero sobre ellas.


¿Y quién soy yo para joderle los deseos a alguien?

domingo, 3 de junio de 2012

Los hombres y el semen.

Es de sobra conocido, que el líquido blanco que los hombres segregan por su pene, desagrada a más de uno y de una. 
Respecto a las mujeres no voy a hablar ahora, puesto que ya sabemos que a muchas les genera un asco máximo: su olor, su tacto, su sabor... vamos, que no te dejan que te corras sobre ellas y mucho menos que lo intentes dentro de su boca. 

Pero lo que me llama aun más la atención es la relación entre los hombres y su propio semen. Si antes decía que a muchas mujeres les da asco el semen, a los hombres por lo general les repugna. No tanto el limpiarlo del pene o del abdomen si ha caído ahí, que a eso están acostumbrados, si no a pensar que les pueda entrar una mínima parte dentro de su boca. 
Los tíos parece que valoran mucho la opción de poderse correr en  la boca de una tía (y si ésta se lo traga, mejor) pero una vez a pasado alguna de estas 2 cosas... OLVÍDATE de poder darle un beso en la boca a ese tío. Se apartará o te dirá que qué asco. 
Esta manera de proceder me parece entre vergonzosa y penosa. ¿Así que el mito de que todo hombre querría llegar a poderse comer su propia polla lo hemos desmontado? Bueno, yo creo que les gustaría comérsela, pero apartarían la cara cuando fueran a correrse (sí, harían eso que tanto critican de las mujeres.)



Yo, personalmente debo decir, que en general me gusta el semen. Si es de vegetariano... me encanta (Podéis leer mi post sobre los tipos de semen). Así que si vais de cerdos en la cama, vale ya de hacer tonterías cuando una tía os va a besar después de haber tenido VUESTRO semen en la boca. 


El otro día, un amigo mío, se estaba masturbando y le dije: "Cuando te corras, quiero que te lo comas". Contra todo pronóstico, se corrió sobre su abdomen, lo cogió con la mano y lo chupó lentamente. Repitió el proceso de coger y lamerlo varias veces. Tíos, así SÍ.




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