viernes, 10 de agosto de 2012

La satisfacción sexual en el agua (1)

El sexo y el agua ¡cuántas satisfacciones nos puede producir!
En esta primera parte de "La satisfacción en el agua" me gustaría tratar el tema de la masturbación femenina con el agua. Durante toda mi adolescencia, mi única forma de masturbación fue con la ducha. Ahora seguiría siéndolo si no fuera por mi concienciación de la escasez de agua dulce (Sí, no sólo pienso en sexo). 


Todo empezó un día de verano en la piscina con una amiga de la infancia, que me habló del tema de usar un chorro de agua para masturbarse y me dijo que ella lo había hecho y que era genial. No profundizamos mucho más en el tema, ni ella me explicó más, ni yo le pregunte, pero lo apunté rápido en mi cabeza para disponerme a practicarlo cuanto antes. 

Al principio, sólo sentía algo de placer, sin embargo me costaba llegar a alcanzar un orgasmo con el chorro de la ducha. Para ello tuve que depurar la técnica probando con diferentes temperaturas de agua, tipo de chorro y presión del agua. Yo tengo una alcachofa con distintos programas, y para mí el idóneo es el que tiene un chorro único central, cual manguerazo, poner el agua calentita y no con mucha fuerza, pero cada persona es un mundo. Os pongo una foto del chorro del que os hablo:


El horror llega cuando ese programa de chorro central es intermitente y ES LA MUERTE DEL ORGASMO. Confesaré que también me he corrido con este horrible chorro, pero necesitas una concentración extrema que hace que el orgasmo no sea tan placentero como desearías.

Otra buena opción, si tu ducha no tiene varios tipos de chorros, es el grifo de la bañera directamente, pero eso dependerá de donde tengas el grifo porque igual lo del contorsionismo no es lo tuyo o simplemente no te sientes cómoda como para poderte correr en ciertas posiciones.


Otras opciones pueden ser: el bidé (lo he visto por internet y a mí no me motiva nada, pero igual a alguna de vosotras sí, así que ahí lo dejo), y los chorros de piscinas y jacuzzis. Aún recuerdo estar en un jacuzzi gigante en un balneario del Pirineo aragonés y yo no me quería mover del chorrito que salía justo debajo del asiento... Si al maravilloso chorro le añades lo que me gusta correrme rodeada de gente, podéis imaginar.

Pero el culmen del uso del chorro de la ducha lo encontramos si además tenemos a un hombre penetrándonos. Lo ideal es que si es en una ducha, él se coloque detrás para que la zona del clítoris quede libre y puedas dirigir ahí el agua. 


¿Habéis podido disfrutar de alguna de estas técnicas? Espero que sí.
Y recordad: Las normas están para incumplirlas, sobre todo si es para disfrutar sin hacer mal a nadie ;-)


P.D.: Quiero que quede claro mi rechazo al gasto de agua injustificado que suponen algunas de estas prácticas, pese a lo maravillosas que puedan ser.

1 comentario:

  1. Tengo que decir que a mi los chorros con una presión absolutamente fuerte no me gustan nada, lo ideal es para mi es el punto en el que no está demasiado flojo como para que sólo caigan gotitas ni tan fuerte como para que parezca que te estás castigando. En cuanto a la temperatura calentica :D
    En cuanto a la penetración, para mi cualquier penetración es mejor que ningún chorro.

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